martes, 1 de septiembre de 2009

¡VAMO´ ARRIBA LA CELESTE!: ¿ Por qué los uruguayos son adictos al fútbol?

Pasan los años, los lustros y las décadas y las mujeres nos seguimos preguntando: ¿Qué diablos le ven los hombres al fútbol? ¿Adónde está la gracia de mirar cómo juegan otros, o -en el mejor de los casos- a transpirar camisetas, romper el pasto y enlodarse los pantalones por intentar meter una triste pelota entre dos palitos con ayuda de otros diez tipos?
Intentando descubrir el fenómeno que paraliza a los hombres delante de las pantallas de televisión mirando deportes en general y fútbol en especial , he descubierto las siguientes razones:



1- PARA RECORDAR LA INFANCIA:

Todos los varones, por distintos que sean , tienen algo en común: de chicos todos jugaron a la pelota . Empeñados en quedarse en la edad mental de la infancia…¡ como si las mujeres adultas nos pasáramos domingos enteros jugando con las Barbies! La diferencia entre hombres y mujeres es que a los hombres no les da vergüenza ser eternos niños .



2- PARA NO SENTIRSE SOLOS:

Los hombres se dividen en solitarios y competitivos.

Los solitarios no tienen amigos ni les importa tenerlos, y ni siquiera se comunican con sus hermanos, sus hijos o sus madres. Los competitivos se comunican más con los demás. Suelen enviar mensajes como: “Su trabajo es desastroso, Ramírez ” o “González, está despedido”.

Para ambos, las capacidades de lograr amistades verdaderas son casi nulas: nunca visitan un amigo, no intiman con el socio y no conocen la vida privada del compañero de tenis. Las conversaciones masculinas son compactos de noticias: política, el tiempo, policiales y deportivas.

¿Cómo soportan su soledad, sin tener la capacidad de comunicarse que tenemos las mujeres? ¡ Mirando partidos de fútbol! Ellos saben que los partidos de fútbol son los únicos programas que tienen buen rating. Saben que en ese momento en que miran el partido hay por lo menos otros tres millones de hombres, solos en su casa, haciendo lo mismo. ¿No es como para sentirse acompañado?



3-PARA TENER TEMA DE CONVERSACIÓN

Como ya dijimos, los hombres no se caracterizan por sus variadas capacidades conversacionales. Pero así como están limitados para hablar de temas trascendentales en la vida, pueden mantener sesudas conversaciones acerca de si fue o no fue gol, y qué hubiera pasado si el goleador no se hubiera lesionado o si en vez de jugar de 7 lo hubieran puesto a jugar de 10. Y para poder tener algún protagonismo hablando de fútbol, hay que estar informando.

Y para estar informando hay que mirar los partidos, porque si no, ¿de qué van a hablar?



4- PARA CREERSE CRACKS

¿Qué posibilidades de sentirse un triunfador tiene un hombre hoy en día? Salvo que pesque un pescado así de grande, o que meta un gol, casi ninguna. Como pescar no es tan fácil, lo que tratan los hombres es de meter goles. Y aunque no los metan ellos, al menos gozan sintiendo que los mete un jugador del equipo de sus amores. Entonces (de manera incomprensible, pero con lógica masculina) ellos se sienten habilitados para gritar: “¡GANAMOS!”.Como nunca nadie esperó de las mujeres que nosotras lleguemos al éxito de nuestras vidas metiendo una pelotita en una red, eso nos deja indiferentes.Ellos meten un gol, y se sienten triunfadores en la vida.



5- PARA SENTIRSE IDENTIFICADOS

“¿De qué equipo eres?” es la pregunta que más se le repite a un infante de sexo masculino. Si contesta “De ninguno” lo miran raro. Entonces el chico tiene que elegir una causa a la que brindarse por completo, en cuerpo y alma, para el resto de su existencia.

Aunque un hombre no tenga religión, ni patria, ni trabajo, lo que le queda en la vida es ponerse la camiseta amada por otros miles y así sentir que forma parte de la humanidad.



6- PARA SENTIRSE LIGADOS AL PADRE

Que el padre lo lleve a uno al estadio tiene para los varones el valor de un rito iniciático incomparable: el hecho de ser hincha de algún equipo logra la incomparable sensación de identificación con el padre, de pertenecer los dos a una misma "causa" bien viril.



7- EL FUTBOL LES DA SEGURIDAD

En el partido todos los hombres son iguales. Todas las inseguridades, ambiciones, problemas y temores personales se dejan a un costado en el acto en que un hombre se pone los pantaloncitos cortos para ir a jugar a la pelota , o en cuanto se sienta en el sofá para mirar un torneo de tenis o campeonato de fútbol. En el cuadrilátero, la vida tiene sus propias reglas claras e inamovibles: un córner es un córner y en la cancha se gana haciendo goles. No hay sorpresas ni maneras de discutir esto. Por ende, todas las inseguridades personales se esfuman. El mundo externo es anárquico. En el fútbol —al contrario de lo que pasa en la vida—, ellos saben a qué atenerse. Nosotras preferimos creer en Freud y en los pronósticos meteorológicos, pero hay gustos para todo.



8- PARA CANALIZAR LA VIOLENCIA

El fútbol ritualiza y hasta sublima la violencia, legitimando la agresión hacia el contrincante. Y esto de tener una forma socialmente aceptada de escupir, insultar y agarrar a trompadas al prójimo es un alivio para los hombres que en el fondo de sus almas añoran la cazar del mamut y la época en que invadían aldeas vecinas.



9- PARA REAFIRMAR SU VIRILIDAD

Como ellos no tienen dónde mostrar su virilidad, -y cada vez están más dudosos de la misma- para diferenciarse de nosotras se aferran más que nunca a un territorio absolutamente masculino: el del fútbol. ¡Como si las mujeres tuviéramos que ver campeonatos de tejido en la tele para reafirmar nuestra femineidad!



10-LES DA UN SENTIMIENTO DE PERTENENCIA

Un profesor de la Universidad de Kentucky llamado John Green escribió en el "Journal of Popular Science" que "Si un antropólogo extraterrestre sobrevolara nuestro planeta y viera en todas las ciudades grandes enormes edificios ovalados con un campo cuadrado en el medio, y espacios para ser llenados por decenas de miles de personas, él pensaría que son nuestro templos religiosos" El deporte le da a millones una sensación comunitaria de tener algo en qué creer, y hasta de armar bandos en guerra perpetua que reemplacen a la necesidad antigua de sentir que batieron a un enemigo en el campo de batalla, que ahora es la cancha. Hace poco vi en un hospital un anciano agonizando, cubierto por la bandera del club de sus amores, como si fuera el manto de la virgen , para que le diera fuerza. Para los hombres, el fútbol es una religión.



11- PARA TENER ÍDOLOS

Los atletas, como dioses de entrecasa, ocupan un lugar especial en el panteón de la sociedad. Si el fútbol es una religión, los jugadores son sus sacerdotes: no nos pueden fallar. Cuando ya no se puede creer en un presidente, en un sacerdote, o en un senador, es reconfortante poder creer en un goleador. Al menos mientras salga “ limpio” de los controles antidoping, y antes de que lo compre un club italiano.



12- POR VAGOS

Mis amigos futboleros me explican que cada uno lleva al estadio su propia neurosis, y encuentra allí lo que quiere: o la oportunidad de hacer catarsis gritando como loco hasta quedar afónico, o se saca las ganas de proferir insultos irreproducibles a granel, o va a divertirse con los cantitos, o con las payasadas de un mal jugador.Ninguno sabe bien lo que está pasando ahí.. Lo importante es mirar y sentir. Pero la verdad es que les fascina ver que los que se cansan son otros, no ellos.



13- PARA CONVERTIRSE EN SUPERMACHOS:

Un bebé varón pasa los primero años dos de su vida fascinado intentando embocar palitos dentro de agujeritos. Ya sabemos para qué se está entrenando… Si los hombres se prueban a sí mismos que pueden embocar algo que sale de ellos en un arco esquivo, pueden quedarse tranquilos. Si lograron meter una pelota – equivalente a un espermatozoide gigante- en un arco - equivalente a un vagina grande, es que son machos. ¿Qué mujer le puede hacer un reproche sexual a un hombre que hace goles/ tantos/ puntos? Aunque él no acierte con meterle un gol a ella, al menos que todos sepan que lograrlo está dentro de sus objetivos. “ Gol” viene del inglés “ goal” , que significa eso : meta, objetivo. Y la meta es embocarla.

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