lunes, 12 de noviembre de 2012

Carlitos se hacía el uruguayo


Fin del misterio: muestran la partida de nacimiento de Gardel

Por Verónica Dema  |  LA NACION
En una investigación de más de diez años, editada en el libro El padre de Gardel, se devela la procedencia de "el Zorzal criollo" y la difícil vida de su madre soltera
19.09.2012 | 02:35
Varios países quieren atesorar para sí la nacionalidad de Carlos Gardel, cuya voz fue declarada "memoria del mundo". ¿Francés, argentino, uruguayo? Después de diez años de recabar documentación y entrevistas en los tres países, un grupo de investigadores dio con con la partida de nacimiento de "el Zorzal criollo" y lo publicó en el libro El padre de Gardel (Proa Amerian Ediciones). Allí se muestra que Charles Romuald Gardes -su nombre de nacimiento- fue inscripto el 11 de diciembre de 1890 en el registro civil de Toulouse, en Francia.
Los autores del libro, el argentino Juan Carlos Esteban y los franceses Georges Galopa y Monique Ruffié, dialogaron con LA NACION en su visita a la Argentina, donde hace pocos días presentaron su obra. En su investigación revelan que Gardel se vino al país a los dos años y tres meses en brazos de su madre, Berthe Gardes, quien fue expulsada de su familia en su país de origen por ser madre soltera, un pecado imperdonable, una vergüenza en aquella época. De allí que la patria adoptiva de Gardel fuera la Argentina, país que le dio su ciudadanía y residencia hasta su temprana muerte, a los 45 años, en un accidente aéreo en Colombia.
En esta entrevista también aclaran la confusión con su supuesta nacionalidad uruguaya, repasan la vida de su presunto padre, el francés Paul Jean Lassere, quien además de Charles Romuald tuvo otros dos hijos naturales, cuentan por qué pasó buena parte de su vida preso, qué dice su testamento y tantas otras cuestiones, todas documentadas en este libro.
-¿Cómo se les ocurrió investigar sobre la vida de Gardel?
- Juan Carlos Esteban: Parte de una añeja polémica, superada por la historia y por la documentación jurídica que conseguimos, acerca del origen geográfico del nacimiento de Carlos Gardel, por un lado, y de la paternidad de él por otro. Fundamentalmente nos propusimos analizar la genealogía de Gardel a partir de la madre. Nos centramos en aquellos elementos que tuvieran una documentación de base jurídica a partir de los dos juicios sucesorios: uno se suscitó a partir de la muerte de Gardel, en 1935, y otro en 1936 en Uruguay, donde tenía propiedades. La madre promovió el juicio sucesorio y se buscaron antecedentes de su nacimiento y registro en Toulouse.
- ¿Qué partida de nacimiento encontraron?
- J.C. Esteban: El nació en Toulouse. Se vino a la Argentina a los 2 años y 3 meses, en 1893, con su madre. No hay registro de más acompañantes.
- ¿Por qué existe la confusión con Uruguay?
- J.C. Esteban: Eso viene mucho después. Gardel nació en 1890 y, cuando en 1914 se declara la Primera Guerra Mundial, él tenía 24 años y era ciudadano francés en la Argentina entonces hubiera tenido que concurrir al Consulado Francés para inscribirse y marchar al frente. Gardel, por su formación y porque se sentía eminentemente argentino, no tenía un sentimiento patriótico de compromiso con Francia. Sí lo tenía con la Argentina. Entonces, no concurrió a registrarse. En 1920 la compañía de Rosas lo convocó para viajar a España por una temporada teatral. El estaba indocumentado, porque el hecho de no concurrir a la embajada para registrarse como ciudadano francés le impidió recibir la cartilla militar y el registro en gendarmería.
Entonces, él decidió en 1920 inscribirse en el consulado uruguayo amparándose en una legislación muy particular para súbditos uruguayos residentes en otros países. Se registró como uruguayo nacido en Tacuarembó 3 años antes de su verdadero nacimiento: se anotó como nacido el 11 de diciembre pero de 1887. en vez de poner Gardes, se inscribió como Gardel, su nombre artístico.
- ¿Entonces se inscribe con una documentación fraudulenta?
- J.C.Esteban: Sí, por eso aparece Gardel anotado en Uruguay. Pero es una documentación apócrifa. Con eso él consigue que le den un certificado provisorio por un año como uruguayo, pero no está registrada en ningún libro esa documentación, no aparece ni en la embajada, ni en relaciones exteriores, ni en el ministerio del interior del Uruguay. Tampoco hay partida de nacimiento de ahí tampoco. La partida es de Toulouse.
- ¿Cuándo se hace ciudadano argentino?
- J.C. Esteban: Luego de eso fue al ministerio del interior, sacó cedula de identidad, pasaporte y certificado de nacionalidad argentino. Ahí se hizo ciudadano argentino.
- ¿Qué investigaron sobre el padre de Gardel?
- Monique Ruffié: En cuanto al padre, se comentaban cosas diversas de él. Circulaba el nombre de Paul Lassere y por eso lo investigamos. Nos entrevistamos con otra de sus hijas naturales, que sería media hermana de Gardel, y hoy tiene 93 años y vive en Toulouse. Ella tuvo dos hijos y uno de ellos tiene la idea de hacerse un ADN porque dice que es familiar de Gardel.
- Georges Galopa: La investigación empezó hace casi diez años con contactos con amigos argentinos. Me pidieron que averiguara si este señor, presuntamente el padre de Gardel, había venido a Buenos Aires después de la Primera Guerra Mundial. Esto está contado al final del libro. No dimos con ningún registro que así lo acreditara.
- ¿Qué indicios los llevan a pensar que Lassere es el padre?
- J.C.Esteban: De dos lados. Cuando Bertha Gardes, la madre de Gardel que sobrevive a su hijo, muere ocurre algo: ella vivía con el matrimonio que fue el apoderado de Gardel; la esposa, Blanca Delfino, publicó un artículo en 1965 que revelaba que Bertha Gardes antes de morir le había dicho que el progenitor de Gardel había sido Paul Lasserre. En el libro consignamos ese artículo.
A partir de ese dato nos fuimos a buscar los antecedentes de presunto padre. Lo investigamos y miramos los servicios militares de él en Francia. Vimos que en el período en que estaba cumpliendo el servicio militar él estaba en Toulouse, donde vivía Bertha Gardes. Terminó el servicio militar y dos meses antes del nacimiento de Carlos Gardel se fue de la ciudad a Paris.
- M. Ruffié: Seguimos a esa persona e incluso tenemos el testamento y la sucesión de él. El reconoció a su primera hija natural, la segunda que tendría después no había nacido y no figura Carlos Gardel. Como nunca lo dijeron no podemos aseverarlo.
- G. Galopa: Sabemos que Gardel nació en un hospicio de madres solteras. La persona que declaró el nacimiento fue la comadrona, no el padre, que no estaba presente. Ella había nacido en Toulouse y vivió en varios lugares hasta que volvió a su ciudad a dar a luz.
- ¿Por qué se vino a la Argentina?
- M.Ruffié: Hablamos con Fanny, media hermana de Gardel, que nos reveló que hubo un problema de familia y se la echó de la casa, se la mandó lejos. La Argentina era un lugar que quedaba lejos.
- ¿Qué significaba ser un hijo natural en aquella época?
- G. Galopa: Las familias echaban a sus hijas, lo que seguramente sucedió con la mamá de Gardel. Era caer en desgracia tener un hijo ilegítimo
- ¿Cómo influyó en la música de Gardel este origen suyo?
- J.C.Esteban: El tango, entre otros ingredientes, fundamentalmente tiene un gran aporte inmigratorio. Y las corrientes inmigratorias de 1870 a 1920 se nutrieron de muchos concurrentes solos, que venían a hacer la cosecha agraria en la Argentina. Tenían siempre el sueño de volver. También había madres solteras que se radicaban acá. La sociología que da nacimiento al tango define ese tremendo drama y paradoja de la identidad a medias. Gardel la interpretó magníficamente. Por ejemplo, en Silencio, un canto a la paz y a la terminación de la guerra, canta a las madres que perdieron a sus hijos en la guerra, habla de Francia y hace un homenaje a su madre que fue inmigrante forzosa de una situación nada agradable en la Europa anterior a la guerra con persecuciones de todo tipo.
- ¿Por qué cayó preso el presunto padre?
- G.Galopa: Un mes después del nacimiento de Carlos Gardel el supuesto padre había ido a Paris, o sea, había abandonado a la madre y al hijo y ahí formó parte de un grupo de ladrones muy importantes. Fueron detenidos un año después por robos en tiendas de bebidas y también cajas fuertes.
- ¿En el testamento este hombre menciona a Gardel?
- No y tenía muchísimos bienes: cinco o seis casas. No se sabe cómo sumó tanto dinero. Tuvo varios oficios: tipógrafo, restaurador, contador, tuvo un bar.
- ¿Se casó legalmente con alguien?
- Sí, con una señora con algo de herencia, seis años más grande que él. Pero no tuvo hijos de ese matrimonio. Sólo tuvo dos hijas naturales y Gardel.
- ¿Qué se sabe de las mujeres de Gardel?
- J.C.Esteban: Era un hombre casado con su profesión y muy amante de su madre. Además, en aquella época se hacía un culto de la discreción con la mujer. Completamente distinto a ahora. El era muy reservado, trascendió muy poco su amor con Isabel del Valle, casi una acompañante que estuvo con él mientras no tuvo trascendencia mundial. Convivieron entre el 24 y el 32. La mostraba muy poco en público y muy pocos sabían de esa relación.
-¿Sienten que la muerte y el nacimiento de Gardel tienen algo de misterio?
- M.Ruffié: Cuando él falleció, su madre se encontraba en Toulouse de visita. Ahí veo cómo se cierra un círculo: como una suerte de casualidad, ella recibió el nacimiento y la muerte de su hijo en Toulouse..

viernes, 6 de julio de 2012

La marihuana sale del armario

PIEDRA DE TOQUE.La prohibición de la droga sólo ha servido para convertir al narcotráfico en un poder económico y criminal vertiginoso que ha multiplicado la inseguridad y la violencia MARIO VARGAS LLOSA Poco a poco, la batalla por la legalización de las drogas va abriéndose camino y haciendo retroceder a quienes, contra la evidencia misma de los hechos, creen que la represión de la producción y el consumo es la mejor manera de combatir el uso de estupefacientes y las cataclísmicas consecuencias que tiene el narcotráfico en la vida de las naciones. Hay que aplaudir la valerosa decisión del gobierno de Uruguay y de su presidente, José Mújica, de proponer al Parlamento una ley legalizando el cultivo y la venta de cannabis. De ser aprobada —lo que parece seguro pues el Frente Amplio tiene mayoría en ambas cámaras y, además, hay diputados y senadores de los partidos de oposición, Blanco y Colorado, que aprueban la medida—, ésta infligirá un duro revés a las mafias que, de un tiempo a esta parte, utilizan a ese país no sólo como mercado de la droga sino como una plataforma para exportarla a Europa y Asia. Esta ley forma parte de una serie de disposiciones encaminadas a combatir la “inseguridad ciudadana”, agravada de un tiempo a esta parte en Uruguay, al igual que en toda América Latina, por la criminalidad asociada al narcotráfico. “Alguien tiene que ser el primero”, declaró el presidente Mújica a O’Globo, de Brasil. “Alguien tiene que empezar en América del Sur. Porque estamos perdiendo la batalla contra las drogas y el crimen en el continente”. Y el ministro de Defensa de Uruguay, Eleuterio Fernández Huidobro, señaló, como razón central de este paso audaz, que “la prohibición de ciertas drogas le está generando al país más problemas que la droga misma”. No se puede decir de manera más lúcida y concisa una verdad de la que tenemos pruebas todos los días, en el mundo entero, con las noticias de los asesinatos, secuestros, torturas, atentados terroristas, guerras gansteriles, que están sembrando de cadáveres inocentes las ciudades del mundo, y el deterioro sistemático de las instituciones democráticas de los países, cada día más numerosos, donde los poderosos cárteles de la droga corrompen funcionarios, jueces, policías, periodistas y a veces deciden los resultados de las justas electorales. La prohibición de la droga sólo ha servido para convertir al narcotráfico en un poder económico y criminal vertiginoso que ha multiplicado la inseguridad y la violencia y que podría muy pronto llenar el Tercer Mundo de narcoestados. Según las primeras informaciones, este proyecto de ley pondrá en manos del Estado uruguayo el control de la calidad, cantidad y precio de la marihuana y los compradores deberán registrarse y tener cumplidos 18 años de edad. Cada comprador podrá adquirir un máximo de 40 porros al mes y los impuestos que graven la venta se emplearán en tratamientos de rehabilitación y de prevención y en la creación de un centro de control de calidad del producto. En un comentario a la iniciativa uruguaya que leo en Time Magazine, por lo demás muy favorable a la medida, se recuerda el mal administrador que suele ser el sector público, y con buen juicio se deplora que no se deje en libertad al sector privado de llevar a cabo esta tarea, eso sí, bajo una estricta regulación. El problema de la droga concierne a la misma supervivencia de la democracia En ese mismo ensayo se examina lo ocurrido en Portugal, donde desde hace una decena de años se legalizó de manera parcial la marihuana sin que ello haya traído consigo el aumento del consumo de drogas más fuertes, que es lo que suelen alegar que ocurrirá los que se oponen de manera irreductible a la legalización de las llamadas drogas blandas. Time Magazine recuerda además que, según las últimas encuestas, un 50% de los ciudadanos de Estados Unidos se declaran a favor de la legalización del cannabis. Extraordinaria evolución cuando uno recuerda la tempestad de críticas, y hasta de injurias, que recibió hace algunas décadas Milton Friedman cuando defendió la legalización de las drogas y predijo el absoluto fracaso de la política de represión en las que los gobiernos de Estados Unidos han gastado ya muchos billones de dólares. El Gobierno del Uruguay, al atreverse a legalizar la marihuana, hace suyos muchos de los argumentos y estudios que viene difundiendo la Comisión Latinoamericana de Drogas y Democracia, que encabezan los expresidentes Fernando Henrique Cardoso de Brasil, César Gaviria de Colombia y Ernesto Zedillo de México, y de la que yo mismo formo parte con otras 18 personas, de distintas profesiones y quehaceres, de la región. Recibida al principio con reticencias y preocupación, y a veces duras críticas, esta Comisión ha ido ganando audiencia y respetabilidad por la seriedad de sus trabajos, en los que han participado siempre especialistas destacados, por su espíritu dialogante y la clara vocación democrática que la inspira. El problema de la droga ya no sólo concierne a la salud pública, al descarrío de tantos niños y jóvenes a que muchas veces conduce, y ni siquiera a los terribles índices del aumento de la criminalidad que provoca, sino a la misma supervivencia de la democracia. La política represiva no ha restringido el consumo en país alguno, pues en todos, desarrollados o subdesarrollados, ha seguido creciendo de manera paulatina, y sí ha tenido en cambio la perversa consecuencia de encarecer cada vez más los precios de las drogas. Esto ha transformado a los cárteles que controlan su producción y comercialización en verdaderos imperios económicos, armados hasta los dientes con las armas más modernas y mortíferas, con recursos que les permiten infiltrarse en todos los rodajes del Estado y una capacidad de intimidación y corrupción prácticamente ilimitada. Lo ocurrido en México es sumamente instructivo. El presidente Calderón, consciente del enorme riesgo para el funcionamiento de las instituciones que representaba el narcotráfico, decidió combatirlo de manera frontal, incorporando al Ejército a esta lucha. Los 50.000 muertos que esta guerra lleva ya en su haber no parece haber hecho mayor mella en las actividades criminales de los mafiosos, ni haber disminuido para nada el consumo de drogas blandas o duras en la sociedad mexicana, y sí, en cambio, ha desatado una creciente desesperanza y decepción hacia el gobierno, al que se reprocha incluso, con dureza, “haber declarado una guerra que no se podía ganar”. ¡Fantástica conclusión! ¿Había, pues, que bajar los brazos, rendirse, mirar para otro lado, y dejar que los pistoleros y traficantes de la droga se fueran apoderando poco a poco de todas las instituciones de México, que pasaran a ser ellos los verdaderos gobernantes de ese país? Evidentemente, ésa no podía ser la solución. ¿Cuál entonces? La que, con gran mérito, está emprendiendo el gobierno uruguayo. Cambiar de táctica, pues la puramente represiva no sirve y es contraproducente, ya que beneficia a la mafia, a la que enriquece y confiere más poder. En las actuales circunstancias, la primera prioridad no es poner fin a la producción y al consumo de drogas, sino acabar con la criminalidad que depende íntimamente de estas actividades. Y para ello no hay otro camino que la legalización. La prioridad no es poner fin a la producción y al consumo, sino acabar con la criminalidad Desde luego que legalizar las drogas implica riesgos. Deben ser tomados en cuenta y combatidos. Por ello, quienes defendemos la legalización siempre subrayamos que esta medida debe ir acompañada de un esfuerzo paralelo para informar, rehabilitar y prevenir el consumo de estupefacientes perjudiciales para la salud. Se ha hecho en el caso del tabaco y con bastante éxito, en el mundo entero. El consumo de cigarrillos ha disminuido y hoy día quedan pocos lugares donde los ciudadanos no sepan los riesgos a los que se exponen fumando. Si quieren correrlos, sabiendo muy bien lo que hacen, ¿no es su derecho hacerlo? Yo creo que sí y que no está entre las funciones del Estado impedir a un ciudadano que goza de sus facultades llenarse los pulmones de nicotina si le da su real gana. Siempre he tenido una gran simpatía por el Uruguay, desde el año 1966, en que fui a Montevideo por primera vez y descubrí que América Latina no era sólo una tierra de gorilas y terroristas, de revolucionarios y fanáticos, de explotadores y explotados, que podía ser también tierra de tolerancia, coexistencia, democracia, cultura y libertad. Es verdad que Uruguay pasó a vivir luego la atroz experiencia de una dictadura militar. Pero la vieja tradición democrática le ha permitido recuperarse más pronto que otros países y hoy, quién lo hubiera dicho, bajo un gobierno de un Frente Amplio que parecía tan radical, y un presidente de 77 años que fue guerrillero, es otra vez un modelo de legalidad, libertad, progreso y creatividad, un ejemplo que los demás países latinoamericanos deberían seguir © Mario Vargas Llosa, 2012. © Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2012.