a ciudad de Chuy es, por donde se la mire, un gran paseo de compras. Allí es posible adquirir miles de productos libres de impuestos, ya que su característica principal es ser una zona franca.
Ubicada a orillas del océano Atlántico, Chuy se encuentra casi al final de la ruta 9, 340 kilómetros al este de la ciudad capital de Montevideo, y es una de las pocas ciudades uruguayas que limita directamente con Brasil.
Tan sólo 8 kilómetros al este de Chuy, un conjunto de hermosas playas con arenas blancas y fuertes vientos conforman el famoso balneario Barra del Chuy, lugar elegido por la mayoría de los turistas para descansar luego de hacer sus compras.
El clima benigno de la región y su proximidad al sur brasileño hacen que las temperaturas sean regulares durante las 4 estaciones del año; por supuesto, el verano es la de mayor calor.
La ciudad nació sobre la Av. Internacional, que divide ambos países (Uruguay y Brasil). Sobre ambas manos se instaló una enorme cantidad de comercios y shoppings, que compiten entre sí por ofrecer al visitante las mejores marcas a los menores precios.
Sobre la parte brasileña, se sitúan muchos supermercados y en el sector uruguayo se pueden comprar numerosos y diversos artículos de free shop. Además, allí funciona el casino local, abierto las 24 horas del día.
En su gran mayoría, los dueños de los comercios son inmigrantes turcos, armenios y árabes, lo que, sumado al portuñol que se habla en la ciudad (mitad español y mitad portugués), hace que se escuchen todo tipo de vocablos y frases muchas veces indescifrables para quien visita la zona. Es muy gracioso escuchar a comerciantes y compradores dialogar en distintos idiomas.
Desde la Barra del Chuy es posible observar el océano Atlántico junto a la laguna Merín, la cual es visitada por miles de gaviotas y pájaros que convocan a fanáticos de la fotografía.
Una gran oferta de cabañas, ranchos y campings atrae visitantes y sirve para hacer base dentro de una ciudad que tiene en sus 4 puntos cardinales distintas opciones para viajar, entre las que se destacan las playas del sur de Brasil, el parque Santa Teresa y el Fortín San Miguel, un viejo fuerte convertido hoy en un prestigioso hotel internacional digno de visitarse.
Palmares, lagunas y bañados completan la vista que tendrá quien se anime a internarse en los paradisíacos caminos de los alrededores de la ciudad.
sábado, 2 de julio de 2016
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